Archivo del Autor: Xabier Eskisabel

Saber empalmar cables: El a-b-c del cablista

Aquellos que el pasado 18 de octubre se acercaron a la sede de la Junta General del Valle de Aezkoa pudieron disfrutar de la exhibición del documental “Barranqueadores y cablistas de Irati».

El documental cuenta con el apoyo del Gobierno de Navarra y muestra oficios ya desaparecidos pero que fueron vitales en la economía del Pirineo a ámbos lados de la muga en las décadas centrales del siglo pasado.

El documental se ha producido con el asesoramiento del orbaiztarra Javier Goikoa y del vecino de Otsagabia Martin Landa, ámbos antiguos cablistas y entre las cosas que se muestran en el documental nos describen una técnica que era básico conocer para los cablistas que trabajaban en el monte: la técnica para poder empalmar los extremos de dos cables de acero.

Visto con los ojos de éste siglo XXI., el conseguir hacer un empalme físico entre dos cables de acero puede parecer una minucia técnica, pero dominar dicha técnica era un conocimiento -y habilidad- que obligatoriamente debían dominar los cablistas que trabajaban en los montes de Navarra en las décadas centrales del siglo XX.

Sociedad Franco Española de Cables (SFE)

Localizada en Erandio, a la orilla de la ría de Bilbao en Bizkaia, la antigua Sociedad Franco Española de Cables y actualmente «Cables y Alambres Especiales», fue el principal suministrador de los cables utilizados en el sector forestal de éste lado de la muga.

Portada del catálogo comercial de SFE de 1965.

Los cables que históricamente se utilizaron en las explotaciones forestales eran instalaciones con longitudes dispares. Podían ser tanto de unos pocos cientos de metros hasta la famosa red de cables que abarcando 14 kms. montó en Erremendia nuestro abuelo Bixente Eskisabel en la década de 1940.

En las dos imágenes inferiores se muestran los últimos restos del cable portante de 35mm. de diámetro de éste cable que todavía en 2011 se encontraban tiradas en un punto a las afueras de Orotz-Betelu, (para 2013. ya habían desaparecido del lugar.)

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Tomando como referencia la conocida red de cables de 14 kilómetros de Erremendia, una red de cables de éste calibre ¿qué nos indica? ¿que los trabajadores que bajo la dirección de Bixente Eskisabel implementaron dicha red instalaron cables de una única pieza de esa longitud? En absoluto.

Es posible que la SFE de Erandio tuviera la capacidad tecnológica para producir un cable de 14 kms. de longitud en una única bobina, pero incluso si fuera el caso, resultaría inviable de transportar en camión desde Erandio hasta Erremendia una bobina de semejante tamaño. Ni qué decir el manejar una bobina de semejante peso y tamaño en un entorno forestal.

Una pequeña nota antes de continuar: El sistema de tricables utilizados en las explotaciones forestales, era una instalación compuesta por tres cables. El cable «portante» tenía 35mm. o más de diámetro y junto al «retur» de 28 mm. era estático. En el caso de la «curdina», tenía un diámetro aproximado de 16mm. y completaba un circuito cerrado y en movimiento entre la estación de carga y la de descarga. Era a éste cable en movimiento adonde se fijaban los carrillos que aguantaban las cargas de madera o leña.

Es por ello que para facilitar su transporte desde Erandio y su manejo por los cablistas forestales, la longitud aproximada a la llegaban de fábrica era en bobinas de 800m. el cable de 35mm. De 1.200m. el de 28mm y de 1.500m. el de 16mm. Y siguiendo con el ejemplo de Erremendia, si era necesaria una instalación de 14kms. de longitud, los cables «portante» y «retur» se obtenian empalmando las secciones requeridas entre sí. Como es evidente, en el caso de la «curdina» el número de secciones a empalmar era el doble.

Explicación teórica en el catálogo de 1965 de la SFE

El cable de acero se compone de tres partes: Alma, cordón y alambre.

Un cable de acero está compuesto por tres elementos: cordón, alambre y una cuerda vegetal -cáñamo habitualmente- en su núcleo disponiéndose el número de cordones y alambres según las especificaciones de los clientes.

Tal y como hemos citado al inicio, saber empalmar cables y su manejo era un conocimiento ineludible para los trabajadores que trabajaban como cablistas en el monte. Pero, ¿cómo se hacian estos trabajos con los precarios medios de la época? Y al hacer los empalmes, ¿sólo era para empalmar las secciones que llegaban de Erandio?

La explicación teórica de cómo unir dos cables entre sí se puede consultar en el catálogo comercial publicado por la SFE en 1965. Pero, para el empalmado del cable de 35 mm se han de utilizar 24 metros de cable, 12 a cada lado. Se deshacen tres hebras de cada lado, se cortan y se juntan los cordones cortados, comenzamos a sacar el alma, para ir introduciendo uno de los cordones en su lugar, de este modo se va dejando sitio para introducir cada una de las restantes, cada vez que sacamos una de ellas, en su sitio metemos la del lado contrario, y así sucesivamente con el resto de cordones. Para hacer bien un empalme, había de realizarlo personal experimentado.

La distancia a-b del cable A y la distancia c-d del cable B, era la distancia a la cual se tenían que desenrrollar los cordones del cable, habitualmente 10 o 12 metros.

Seguidamente, se procedía a unir los extremos de los cordones de ámbos cables. Como se puede ver en la imagen inferior, en cada extremo se cortaban tres de los cordones. El espacio dejado por el cordón cortado, debía ser ocupado por el cordón no cortado del otro cable. El proceso se debía hacer respetando la forma helicoidal de ámbos cables. Los alambres de los cordones no era preciso cortarlos.

Se liberaban los seis cordones de ámbos extremos y se cortaban tres en cada uno de los extremos. Este corte era necesario para hacer hueco en el acople a los cordones del cable contrario.
El proceso de empalmar los cables era una tarea muy exigente físicamente para el cablista.
En el catálogo de la SFE también nos aparece el uso de las espadinas.

Desarmar y volver a armar los cordones de los cables se hacía manualmente utilizando una herramienta llamada «espadina» y era una tarea muy exigente físicamente para el cablista, especialmente con los cables portantes de 35mm. de diámetro y que obligaba a estar muy atento a los giros y regiros de los cordones y cables so pena de perder una falange de los dedos.

Espadinas utilizadas para empalmar cables.

Dos eran las razones por las cuales había que empalmar cables.

Por un lado, para empalmar las N secciones y obtener las longitudes necesarias en una instalación de tricables. Por otra parte, para arreglar y unir los extremos de un cable cuando se rompía por las brutales cargas y tensiones que debía soportar en producción. Si lo que se rompía era el cable portante, caían a la vez todas las cargas que estuvieran suspendidas de dicho cable. El desbarajuste era mayúsculo: Había que liberar los carrillos de las cargas, los carrillos de los cables, el cable seccionado debía de volver a ser empalmado… y todo ello, al sol, bajo la lluvia, en medio del monte, en accesos complicados… dificilmente podemos hacernos una idea con los ojos de 2019 del tipo de trabajos que suponían.

Martin Landa: 83 años de habilidad en las manos

En mayo de 2018 y con el ánimo de mostrar la técnica de empalme de cables de acero, el antiguo cablista de Otsagabia Martin Landa tuvo a bien hacernos a unos amigos una demostración práctica de cómo empalmaban cables en el monte. Las siguientes imágenes y videos nos sirven para poder hacernos una ligera idea de cómo era el proceso:

En estos dos videos también tenemos oportunidad de ver partes del proceso de empalme. En ámbas se recogen los pasos finales de un empalme. En el primero, podemos ver cómo introducen y acoplan en el cable uno de los últimos cordones:

En el último también podemos ver el acople de otro cordón en su última posición.

Esto era clave: una vez terminado el empalme, en el punto de unión no se debía de ver o notar ninguna marca, grosor o rastro. Ahí radicaba la importancia de dominar esta técnica.

¿Y para cortar el cable??

En una época que todavía estaba por ver la llegada de rotaflex y esmeriles, los cables se cortaban a hachazos y una piedra como base. No había otra opción. Trabajos a realizar tras desayunarnos un platazo de habas del puchero a primera hora de la mañana!!

Demostración de Javier Goikoa cortando un cable portante de 28mm. de diámetro con hacha y una piedra de fortuna.

Vaya con esta somera explicación mi reconocimiento a Martin Landa, Jesus Mari Larrañeta, Severo Llopis, Eduardo Arrosagarai y a Javier Goikoa por el esfuerzo y la didáctica demostración que ofrecieron y a todos aquellos cablistas que trabajaron en el monte ganándose el jornal del día en duras condiciones.

De Barbenuta al Pagasarri y pasando por Gernika

La salida de dos días que en agosto pasado realicé a tierras de Huesca tenía un objetivo doble.

Por un lado, aclarar si personas mayores conocedoras de la Finca Rompesacos cercana a Villalangua podría tener alguna pista de nuestro abuelo Bixente Eskisabel. En una entrada previa ya di cuenta de ello.

Por otro lado, indagar una pista que me proporcionó el investigador Carlos Tarazona, el cual gestiona el muy recomendable blog Esmemoriaus, y donde me indicaba que en la plaza del pueblo de Barbenuta habían en exposición permanente distintos elementos utilizados en las instalaciones de cable para las explotaciones forestales. Veamos lo que aprendí de la experiencia.

El cable de Barbenuta

Barbenuta es un pueblo que pertenece al municipio de Biescas y desde el punto de vista del uso de la tecnología del cable de acero en la explotaciones forestales tiene una particularidad que lo hace la mar de interesante.

En Barbenuta hubo en funcionamiento un cable en los años finales de la década de 1950 para la extracción de madera de pino para la papelera de Sabiñánigo.

Recientemente un vecino de Barbenuta -no sé la fecha exacta y no tiene mayor importancia- Ramón, de Casa Balbarrós se tomó el trabajo de recuperar con su tractor distintos elementos que estaban tirados y abandonados desde entonces a lo largo de la ubicación del cable. Con los elementos recuperados han montado una exposición permanente en un lateral de la plaza del pueblo que luce tal que así:

Elementos recuperados y en exposición en la plaza de Barbenuta. Agosto de 2018.

Utilizando traviesas de tren han improvisado una exposición con múltiples elementos: Un volante, una pipa, un carrillo… ¿aguantarán en la ubicación? El panel de la derecha es información general de la tecnología en sí, poco más.

He de reconocer que cuando expliqué a las vecinas que me encontré en la plaza que había venido expresamente desde Zalla hasta Barbenuta para ver esa exposición las dejé boquiabiertas 🙂

Evidentemente fue una gran suerte encontrarme a vecinas mayores del pueblo de charleta en la plaza a la hora encontrar información de primera mano.

Según me contaron, el único cable que hubo en funcionamiento en Barbenuta lo instalaron «unos vascos» en 1957. Cotejando ésta información con otros testigos de la plaza que sí trabajaron en dicho cable, el montaje de los cables forestales en Huesca en las décadas centrales del siglo XX. era una tarea que sólo la hacían cablistas vascos. Parece ser que fueron ellos los que introdujeron dicha tecnología en las tierras de Huesca.

«Pues mi padre era de Gernika y trabajó en el cable»

Cuando Lourdes, una de las vecinas reunidas en la plaza me soltó ésta afirmación, supe que al viaje que me había cascado le sacaría un provecho inesperado.

En palabras de Lourdes, su padre Lucio Ansotegi había nacido «en el caserío Sakone de Gernika» y trabajó durante años en la parte de Huesca. Parece ser que en la década de 1950 aterrizó por Huesca y de resultas de ello se casó con la hija del alcalde de Barbenuta quedandose a vivir en el pueblo.

Lucio Ansotegi tenía la responsabilidad de los grupos de trabajadores del cable de Barbenuta: arrieros, cablistas, leñadores… entre todos ellos no pocos hijos del pueblo de Barbenuta.

Detalles del cable

En palabras de vecinos de Barbenuta que trabajaron en el cable, dicho cable estuvo en funcionamiento en los años 1956-57 y se utilizó para la extracción de pino y pinabetes para la papelera de Sabiñanigo. Los trabajadores del pueblo como arrieros, mientras que el montaje y uso del cable era responsabilidad exclusiva de trabajadores «vascos».

En la imagen inferior perteneciente a una foto aérea de la serie B del vuelo americano, podemos apreciar la «calle» abierta en la vegetación para el paso de las cargas de leña, así como el cargadero en el bosque de Barbenuta y el descargadero en las inmediaciones de Orós Bajo. Pulsa sobre la imagen para verla con más detalle.

Recorrido del cable de Barbenuta. Agosto de 1957. Argazkia: © IGN.es

El mismo cable en Google MyMaps:

Con la información proporcionada por Lourdes y con el ánimo de buscar información adicional sobre Lucio Ansotegi, en septiembre me encaminé a Gernika descubriendo que el caserío Sakone no pertenece a Gernika sino al municipio de Murueta.

En el caserío me atendió Maria Asun y me puso sobre la pista de un primo suyo y sobrino de Lucio Ansotegi que a día de hoy vive en Bilbao capital. Así pues, saltando desde Barbenuta llegué hasta Jesus Mari Murelaga en el barrio de Zabalburu.

Caserío Sakone, Murueta. Casa natal del cablista Lucio Ansotegi. Septiembre de 2018.

Ante la ausencia de información adicional sobre las andanzas oscenses de su tío -una pena-, me puso sobre la pista de un amigo suyo vecino del barrio bilbaíno de Seberetxe, el cual tenía información sobre otro cable que conoció en las faldas del Pagasarri. ¡Otra línea de investigación cablística!

El cable del bosque de Urkidu

En noviembre pasado, Joxe Moja Iturrizar vecino del bilbaíno barrio de Seberetxe, nos contó que bajo las faldas del Pagasarri, en algún lugar del bosque de Urkidu tenía su punto de partida un cable para usos agricolas que llegaba hasta las inmediaciones de su caserío natal.

[Habiendo llegado hasta el barrio Seberetxe de Bilbao por medio de otro cable oscense, unos pocos apuntes sobre éste barrio. Seberetxe es de los últimos barrios de Bilbao que ha guardado su propio dialecto del idioma vasco. Dicho dialecto es idéntico al hablado en Arrigorriaga y a día de hoy está en ciernes de desaparecer. En éste artículo del semanario Argia se citan datos interesantes sobre éste poco conocido barrio de Bilbao.]

Pero volvamos a nuestro tema cablístico.

Joxe Moja Iturrizar, vecino del bilbaíno barrio de Seberetxe. Al fondo el bosque de Urkidu. Noviembre de 2018.

En palabras de Joxe, éste cable tenía su cargadero en algún punto del bosque de Urkidu y descargaba en las inmediaciones del paraje de Gorostegi, al borde de la actual pista. Se utilizó para facilitar el acarreo de helecho, argoma y heno hasta las inmediaciones del barrio. Era pues un cable similar a los utilizados en Ataun o el valle de Araitz: No era un cable forestal como el de Barbenuta.

En sí, el cable era corto, aproximadamente de 1200m. de longitud y como era de esperar no aparece en ninguna de las series -ni la A ni la B- de los vuelos americanos.

Aún y todo, con la información proporcionada por Joxe Moja, podemos observar el recorrido aproximado de dicho cable:

Joxe desconoce el año exacto en que se instalaría éste cable pero asegura que es anterior a la Guerra Civil.

Ante la ausencia de información adicional, quiero creer que en el Archivo de la Diputación Foral de Bizkaia estará guardada la información que nos sirva para conocer los detalles del mismo, año de instalación, quién pidió el permiso, planos… Con todo ello se me abre otra línea de investigación. Si encuentro algo, ya lo colgaré aquí.

Agradecimientos

Para redactar ésta información he contado con la ayuda desinteresada e incalculable de muchos amigos. Conozcámoslos:

  • En Barbenuta: Lourdes Ansotegi, Rosa Pardo Ezquerra y Amado Orús Puértolas entre muchos más.
  • En Olivan: Carlos Tarazona.
  • En Murueta: Maria Asun.
  • En Bilbao: Jesus Mari Murelaga Ansotegi y Joxe Moja Iturrizar.

¡Mil gracias a todos!

¿Vicente Esquisabel propietario de «Finca Rompesacos»?

Cuando Inazio Munduate y servidor escuchamos el testimonio de Martin Landa en 2013 en donde nos aseguró que el cablista ataundarra Bixente Eskisabel había sido propietario de «una finca de 900 hectáreas en Huesca», no dábamos crédito. En la familia Eskisabel nadie sabía nada al respecto.

Martin nos dio ésta pista en 2013 y en su momento no hicimos más indagaciones para contrastar que lo que nos había transmitido era cierto. En ausencia de información suplementaria, en su momento dejamos de lado ésta línea de investigación.

Hasta el pasado 8 de junio.

Coincidiendo con las dos charlas que impartí ese día en Otsagabia, en la tertulia posterior a las charlas volví a preguntar a Martin por aquello que nos comentó en 2013 y junto a reafirmar lo transmitido en 2013, nos dio información adicional:

«Tu abuelo -Vicente Esquisábel- tuvo en Huesca, en Bailo, un monte de 900 hectáreas. La finca se llama… Rompesacos. Eso está pasando Puente la Reina de Jaca y a la derecha»

Ya era algo más tangible. Con esa información y con la ayuda de Google apareció una finca llamada «Rompesacos« en un portal de compra-venta de fincas rústicas. Redios, lo que nos transmitió Martín en 2013 era cierto entonces.

En sí, lo único que había conseguido era contrastar que efectivamente existía una finca de 688 hectáreas -poca broma- actualmente en venta y llamada Rompesacos. Pero conseguir probar fehacientemente que esa finca en algún momento del siglo XX. habría sido propiedad de mi abuelo ya era harina de otro costal.

Las consultas realizadas durante junio y julio tanto en el Registro de la Propiedad de Huesca como en el Catastro Provincial de Huesca han sido baldías. En ninguna de ellas aparece referencia alguna a «Vicente Esquisabel». Desde la dirección del Catastro de Huesca me recomiendan ponerme en contacto con el Archivo Histórico Provincial de Huesca. Ahí se me abre otra línea de investigación pero por ahora, la dejo aparcada.

Pardina Rompesacos en 2012. Una casona bien elegante. Foto: © Sergio Larraga

Derribo de Pardina Rompesacos en 2017. Foto: © Oscar Martín Estallo y Nacho de Visús.

Pardina Rompesacos tras su derribo en 2017. Foto: © Oscar Martín Estallo y Nacho de Visús.

Produce auténtico dolor de corazón constatar que éste soberbio ejemplo del patrimonio popular de Huesca haya desaparecido para siempre. Por lo que me comentaron en Villalangua, los actuales propietarios de la finca tuvieron que derribarla por razones de seguridad.

Las Pardinas del Río Asabón

Preguntando a Google por el topónimo «Rompesacos», junto a la información ya reseñada encontré el blog Holartica, desde donde el divulgador Oscar Martín Estallo, difunde historias, datos y rutas por las pardinas que todavía pululan por ésta zona del prePirineo oscense y que hasta las décadas 1950-60 estuvieron en pie desde el siglo XI que se dice pronto.

Su blog merece una ojeada ya que aparte de las pardinas, se toma el trabajo de mostrar aspectos del prePirineo oscense que pasan desapercibidos para los vascos que asiduamente nos dirijimos a las zonas de alta montaña de la provincia de Huesca.

Vale, pero ¿qué eran o son las «pardinas»?

En sí, son fincas y caseríos similares a los que podemos encontrar en la vertiente atlántica de Euskal Herria pero a una escala mucho más grande.

Siendo una zona que desde la Baja Edad Media estuvo bajo el área de influencia del Monasterio de San Juan de la Peña, tras las desamortizaciones del siglo XIX pasarán mayormente a manos privadas. Tras la brutal política forestal implantada en las décadas 1950-60 por el Patrimonio Forestal del Estado, desaparecerán como medio de subsistencia casi autárquico tal y como nos llegaron desde el siglo XI. Pardina Rompesacos era una de ellas.

Informaciones más detalladas y otras bonitas histórias de ésta zona del prePirineo nos las cuenta Oscar en el imprescindible libro Las Pardinas del Río Asabón.

En el capítulo dedicado a Pardina Rompesacos no aparecen referencias a una posible e hipotética pertenencia de ésta pardina a Vicente Esquisabel, pero en cambio sí que durante un periodo desconocido de tiempo a mediados del siglo XX fue propiedad del maderista navarro Fermín Iñarrea. Con todo ello era obligatorio una visita a estas tierras de Huesca.

Vamos para Huesca…

Ante ello y aprovechando las vacaciones de agosto, había que cotejar lo afirmado por Martin Landa en Otsagabia en 2013 con vecinos de Villalangua, el cual es el nucleo habitado más cercano a dicha finca.

Con la inestimable ayuda de Isidoro de La Posada de Villalangua, me reuní con unos cuantos vecinos de Villalangua, entre ellos Salvador, Benito y Ángel. Lamentablemente ninguno de ellos había oído ninguna referencia del cablista ataundarra «Vicente Esquisabel», una pena.

En su opinión y que ellos sepan, Finca Rompesacos sólo ha tenido como propietarios en las décadas centrales del siglo XX a Fermin Iñarrea y a Paco Ripa.

De charleta con Benito Castán, (Villalangua, 1939) y Angel Vives (Villalangua, 1929) con el libro de Oscar.

A la vez que transmitía a Benito y a Angel las razones de mi investigación sobre los cables forestales, me contaron otra historia la mar de interesante.

Del mismo modo que en Euskal Herria, en Huesca los cables forestales también tuvieron un amplio uso y difusión en las décadas centrales del siglo XX.

Les comenté a Benito y a Angel que el día anterior a quedar con ellos había estado en Barbenuta -esto está entre Sabiñánigo y Biescas- recogiendo datos sobre el cable forestal que estuvo en dicho pueblo a finales de los años 1950. Cual fue mi sorpresa cuando me indican que ellos también habían trabajado en dicho cable. Es pues que el uso de los cables forestales lo conocían perfectamente. Ahora bien, las historias de éste cable las dejaremos para otra ocasión…

Martin Landa se reafirma en su testimonio…

Tras dejar atrás los soberbios paisajes y las amables gentes de Huesca, el mismo día de la entrevista con Benito y Angel ya por la tarde me dirigí a Otsagabia con el objetivo de reunirme con Martin Landa. A pesar de que la razón primigenia de juntarnos era que me corrigiera las geolocalizaciones de los cables forestales de Zuberoa que me he estado currando éste invierno pasado, no podíamos dejar sin comentar el asunto Rompesacos.

Martin se reafirma en que en algún momento de las décadas centrales del siglo XX, Finca Rompesacos fue propiedad de mi abuelo. Es más, me indicó que incluso se instaló un cable forestal. Extremo éste que los testimonios de Villalangua no me transmitieron e incluso comentaron que en Rompesacos no se puso ningún cable.

La documentación que serviría para salir definitivamente de dudas y contrastar la versión de Martín sospecho que estará en dependencias del Archivo Histórico Provincial de Huesca. Los siguientes pasos en la investigación los tendré que dirigir hacia su sede. A ver qué sale.

Detalles del cable forestal Ziordia-Olazti

A pesar de que Jesús Lacasia -quien fue responsable de Explotaciones Forestales RENFE en Navarra- nos dejó en otoño de 2015, en verano de ése mismo año Jesús tuvo la amabilidad de cederme su fondo fotográfico para que lo pudiera digitalizar siguiendo criterios profesionales.

La gran mayoría de las fotografías que me cedió Jesús son de ubicaciones desconocidas de zonas montañosas de Navarra y ello hace que las esté pasando canutas para poder identificarlas fehacientemente. Aún y todo en alguna ocasiones consigo identificar las ubicaciones y en consecuencia posteriormente las puedo geolocalizar.

En la entrada del día de hoy, os traigo uno de estos cables.

Entre toda la plétora de fotos que me cedió Jesús Lacasia, hay un set de cinco fotos titulados como «Ciordia, 1956». Estas mismas:

Ziordia-Altsasuko egur kablea

Cable forestal Ziordia-Altsasu. Fuente: © Jesús Lacasia 1956

A pesar de que al fondo de la imagen de ésta carga de madera podemos ver difuminado el perfil de Beriain, durante meses he sido incapaz de geolocalizar con seguridad ésta ubicación.

Hace un par de semanas y con la ayuda de VisorGeoEuskadi pude localizar con seguridad la ubicación de la foto en la cual aparece ésta carga de madera.

Fijándome con más detalle, me di cuenta que en la parte inferior de la imagen aparece algo que parece una carretera o vía. Comparándolo con la vía del tren Irun-Madrid, ya la pude situar y ver que el nucleo urbano que aparece más atrás no es Ziordia sino Altsasu.

Para conseguir una mayor seguridad procedí a repasar en el SITNA la serie de ortofotos históricas de 1956 y no aparece. Redios.

Pero atención. Al ser ésta ubicación un lugar muy cercano al límite administrativo entre la CAV y la Comunidad Foral, me dió por repasar las series históricas de Visor GeoEuskadi, y voilà, ahí apareció!!

Esta es una situación muy curiosa, el hecho de que imágenes del mismo vuelo de 1956 no aparezcan en el SITNA pero sí en VisorGeoEuskadi. Serán del mismo año, pero de fechas distintas probablemente.

En todo caso, podéis ver la localización exacta aquí:

Recorrido del cable de RENFE. Pulsa la imagen para ampliarla. Fuente: © GeoEuskadi Bisorea.

Utilizando Google MyMaps se ve así:

Único cable de Altzania

En Zaraitzu, Aralar o Kintoa se establecieron multitud de cables. En Altzania también se instalarían, pero a una escala mucho más pequeña condicionados por las dimensiones geográficas mucho más reducidas de Altzania.

El de hoy es el único cable que tengo identificado con seguridad en Altzania, en sí es un cable corto, poco más de 1610m. y aunque lo he llamado «Ziordia-Olazti» esto no significa que uniera ámbos pueblos sino que estaba ubicado en sus respectivos términos municipales.

Al ser de la colección de Jesús Lacasia, fue instalado por Explotaciones Forestales RENFE. Para saber más detalles de éste cable debería de encontrar su expediente en el AGN, pero ése trabajo lo dejaremos para más adelante.